Los trasgos son una raza de duendes pequeños, atezados y malignos. A veces toman formas de animales, lo que refleja debidamente su naturaleza brutal. Son ladrones y malvados.
Más que nada, los trasgos son diablos tentadores que usan con frecuencia los frutos prohibidos del país de las hadas para atraer a sus víctimas a su destino fatal.
No todos los trasgos son por fuerza perversos. Por lo general, los que moran en las minas son benignos para el hombre.
Los trasgos que habitan en las minas de estaño de Cornualles y Devon hacen sonar sus aldabonazos para señalar las ricas vetas de mineral. Por lo general, son amables con los mineros, aunque disfrutan haciendo diabluras. El trasgo es un exhibicionista y nada les divierte más que embromar a los mineros contrayendo su ya feo rostro en muecas más horribles aún y ejecutar danzas grotescas.
Más que nada, los trasgos son diablos tentadores que usan con frecuencia los frutos prohibidos del país de las hadas para atraer a sus víctimas a su destino fatal.
No todos los trasgos son por fuerza perversos. Por lo general, los que moran en las minas son benignos para el hombre.
Los trasgos que habitan en las minas de estaño de Cornualles y Devon hacen sonar sus aldabonazos para señalar las ricas vetas de mineral. Por lo general, son amables con los mineros, aunque disfrutan haciendo diabluras. El trasgo es un exhibicionista y nada les divierte más que embromar a los mineros contrayendo su ya feo rostro en muecas más horribles aún y ejecutar danzas grotescas.
Si no se quiere que los trasgos se enojen y traigan mala suerte, hay que dejarles un pedazo de la empanada que tradicionalmente comen los mineros debajo de tierra. Los silbidos y los juramentos también les molestan, y los premian con una lluvia fantástica. Los trasgos siguen aún activos en centenares de minas de estaño abandonadas en Cornualles, esperando a poder conducir hasta un rico filón escondido a algún minero emprendedor.
Sin embargo, en una vieja mina de Chaw Gully, Dartmoor (Inglaterra), los trasgos son los celosos guardianes de la mina. Se dice que en las profundidades de la mina yacen ricas vetas de estaño y de oro. En lo alto de una roca que corona la mina, se posan unos oscuros pájaros, silenciosos y vigilantes. Si alguien lo bastante valiente como para bajar por una cuerda al oscuro pozo, el graznido de los pájaros lanza una advertencia y una mano huesuda que sostiene un cuchillo corta la cuerda y también el hilo de vida. Al día siguiente, se hallará al cadaver cuidadosamente tendido en lo alto.
Sin embargo, en una vieja mina de Chaw Gully, Dartmoor (Inglaterra), los trasgos son los celosos guardianes de la mina. Se dice que en las profundidades de la mina yacen ricas vetas de estaño y de oro. En lo alto de una roca que corona la mina, se posan unos oscuros pájaros, silenciosos y vigilantes. Si alguien lo bastante valiente como para bajar por una cuerda al oscuro pozo, el graznido de los pájaros lanza una advertencia y una mano huesuda que sostiene un cuchillo corta la cuerda y también el hilo de vida. Al día siguiente, se hallará al cadaver cuidadosamente tendido en lo alto.
Los galeses tienen sus trasgos de la mina, a los que llaman coblynau (casi-remendores). Son primos galeses de los aldaboneros de Cornualles. A estas criaturas, que emplean herramientas de minería, se las ve comiendo con diligencia en los frentes de los filones. El golpear de sus picos y mazos trae buena suerte, pues es señal de que hay mucho mineral. Sin embargo, no obstante su trajín, nada se logra, porque todo es una pantomima, y les divierte la simulación y el fingimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario