Si una noche, por el bosque, descubre muchas lucecitas a lo lejos que parece que saltan y una música desconocida, está usted asistiendo al baile de las Hadas. El motivo de este baile es la recolecta de energía de la tierra y del cosmos, para así regenerarse. Cuentan que las noches previas al cambio de estación, las Hadas salen al exterior a divertirse con sus bailes y danzas, en el apogeo de sus poderes. La noche más propicia para encontrar un corro de hadas es la Noche de San Juan, su noche preferida.
A las Hadas les encanta bailar sobre la hierba en torno a un montón de rosas que luego esparcen por las encrucijadas, y es frecuente que lo hagan en círculos llamados los corros de las hadas. Lo hacen dándose las manos, pero vueltas de espalda. Esto es un gran peligro para quien se tope con esta magnifica visión, ya que quien lo hace se siente atraído hacia el corro por el hechizo de la mágica música y comienza a bailar junto a ellas desenfrenadamente.
A la persona que es atraída le parece que la danza sólo dura unos minutos, horas e incluso hasta una noche, pero en realidad la duración más común es de siete años o más... Para ser rescatado, un amigo de la víctima del hechizo tiene que ayudarlo sujetando al desdichado bailarín con una mano y teniendo un pie firmemente fuera del círculo... Si el hechizado no llega a ser rescatado nunca, las cabriolas y locuras de la danza pueden llegar a causarle la muerte. Aun así, el baile de las Hadas termina al amanecer.
Para las hadas cualquier día puede ser motivo de fiesta, aunque tres son las noches mágicas en que las leyes mortales quedan derogadas y las hadas salen a celebrarlo al exterior: La noche de San Juan, inicio del solsticio de verano; la noche de Beltane, víspera del Primero de Mayo; y el 31 de Octubre, víspera del Día de Todos los Santos.
En estas tres noches se sucede el siguiente rito:
Primero preparan sus cortejos mágicos, iniciando un magnífico desfile. Las hadas se ponen sus mejores galas, sus vestidos de rasos y tules. Les acompañan sus corceles, adornados con campanillas y borlas de colores, con el máximo colorido posible, y justo cuando llega la medianoche avanzan en procesión. El orden suele estar establecido, delante los reyes, con todos los honores, y detrás de ellos los siguen los principales caballeros a la orden del rey.
Suenan las gaitas, los tambores. Primero un estandarte rojo y un grupo de caballeros, luego el estandarte verde y detrás los caballeros, más tarde el estandarte blanco y detrás más caballeros. Cierra el desfile el resto de hadas y cortesanos. Unas avanzan a caballo, otras danzando y bailando a su alrededor. A estas procesiones se les conoce como “correrías de las hadas”. Cuando termina el desfile se reúnen en círculos alrededor de la hierba y da comienzo el baile. Iluminan el lugar con la luz de las antorchas y al son de las gaitas cantan y danzan hasta el amanecer. Se puede saber el lugar donde han bailado las Hadas a través del Hongo Corro de Hadas, unas setas que se encuentran en los montes formando círculos... Ahí es donde han bailado, bailan y bailarán las Hadas, y tienen una antigüedad de hasta 600 años.
“Bajo la Luna jugamos,
pues la noche es nuestro día.
Entre perlas de rocío, cual abejas agilísimas,
Bailamos juntas las hadas, dos a dos y tres a tres,
aprovechando las horas de antes del amanecer.”
Fuente: Recopilado en la Red.
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